Si hay un factor importante que garantice el éxito empresarial es la motivación delos empleados. La participación de estos en la toma de decisiones empresariales contribuyen a la mejora de los resultados económicos, algo que ha quedado demostrado empíricamente a través de numerosos estudios científicos.
No es cuestión de que los trabajadores de la empresa tengan participación en el accionariado (que pudiera ser), simplemente que se tengan en cuenta las propuestas y la aportación de ideas, siempre, claro, dentro de un clima propicio de entendimiento común Consejo de Administración-empleados.
Esto es lo que llamamos cogestión empresarial, “codecidir” como llaman algunos autores. Alemania fue pionera allá en 1949, si bien, no fue hasta 1951 cuando se aprobó la primera Ley de Cogestión o Ley de Régimen de Empresa con sus sucesivas modificaciones siendo que al día de hoy el modelo sigue vigente. Han sido capaces de adquirir una cultura de convivencia colaborativa de empleadores y trabajadores, por tanto, la mayoría de los conflictos son resueltos en un ambiente cordial y de paz social.
Como no puede ser de otra manera, se alzan voces críticas contra el modelo, especialmente referido a la globalización, internacionalización empresarial, por entender que se produce una desventaja competitiva ya que la toma de decisiones retrasa el proceso al no depender exclusivamente de la opinión del empleador.
Pero resulta que Alemania es el tercer exportador mundial, el principal motor económico de Europa y aporta una gran parte de su PIB. El modelo con algún claro oscuro funciona y lo expreso como una opinión objetiva en base a datos estadísticos difícilmente discutibles. No obstante, las tensiones internacionales, aranceles comerciales de EEUU, la irrupción de la industria china en el mundo, pondrá a prueba el modelo en los años venideros, una vez más. Tiempo habrá de analizar y sacar conclusiones. Hasta ahora ha sobrevivido a otras crisis mundiales.
A lo largo de los años hasta 14 países más del entorno europeo han elaborado normativas cada uno con sus particularidades, tomando como base el modelo alemán.
La cogestión representa un gran giro, por cuanto el tradicional conflicto capital-trabajo suponía un enfrentamiento entre los intereses de la empresa respecto a los trabajadores, muy difícil de gestionar y digerir por ambas partes.
Por tanto, el punto de inflexión se manifiesta después de la II Guerra Mundial, periodo que es testigo del nacimiento de una nueva etapa en la que se plantean posiciones sociales, procesos económicos, cambios políticos y agrandamiento de las empresas en las que concurren grandes concentraciones de trabajadores, que a su vez son testigos de multitud de problemas que los sindicatos, por sí solos, no fueron suficientes para solventar las reivindicaciones aún cuando tuvieron un papel considerable.
No creo que aportar diversos puntos de vista vaya a entorpecer la mejora de latoma de decisiones, incluso puede ser un factor de innovación como defienden variosautores. Estoy de acuerdo. No podemos obviar el conocimiento que de la organización y/o sistemas de producción puedan ostentar los trabajadores dada su experiencia. Otra visión del negocio.
Respecto a España, carecemos de marco normativo alguno de cogestión a pesar de que la Constitución en su artículo 129.2 estipula: “Los poderes públicos promoverán eficazmente las diversas formas de participación en la empresa y fomentarán mediante una legislación adecuada las sociedades cooperativas. También establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción”
A excepción hecha de la participación sindical en los órganos de gobierno de empresas públicas.
Entiendo que no es suficiente un modelo de gestión a través de mecanismos tradicionales como comités de empresa o sindicatos en su labor de defensa de los intereses de los trabajadores, se hace necesario una mayor colaboración en la toma de decisiones, así lo supieron ver varios países de nuestro entorno.
En términos generales, han sido los gobiernos socialdemócratas quienes más impulsaron este tipo de iniciativa.
Félix Calle. Doctor en Economía y Empresa.
