(Historia de una agresión y secuestro)
Antonio y su mujer Andrea habían preparado su primer viaje a la isla deLanzarote, allende el océano Atlántico en las Islas Canarias. Era como una segunda luna de miel y en una época considerada “temporada alta” en la zona. Habían estado ahorrando con una ilusión que se reflejaba en sus rostros.
Llegaron a la isla y se congratularon de su belleza y hasta del hotel elegido, en primera línea de playa. No les gustó que eran los únicos dos españoles en elalojamiento. El hotel estaba repleto de algunos alemanes, unos pocos franceses, y una multitud de ingleses.
Una tarde, Antonio, salió a hacer footing, cerca de su hotel, en un lugar adonde los ingleses iban en tropel para ver aterrizar y despegar los aviones en una pista, por otro lado, no muy larga. Cogió su móvil y grabó. Lo hizo desde un montículo pedregoso y volcánico aledaño a la valla que impedía acercarse a los aviones. Se volvió sobre sí con tan mala fortuna que cayó al suelo de rodillas, llevándose con él a un inglés que se había situado en su cercanía, supuestamente para grabar también aviones. Su sorpresa fue mayúsculas cuando el susodicho personaje inglés, en lugar de ayudarle a levantarse, le empujaba para que volviera a caer. No conforme, cogió unos pedruscos paratirárselos a la cabeza. Antonio puso los pies en polvorosa corriendo como sifuera el fin del mundo.
Se paró unos 500 metros más adelante para coger aliento, sin imaginar lo quele esperaba. Metros más adelante le estaba esperando el inglés, subido en un vehículo Land Rover rojo, para perseguirle. Antonio optó por correr hacia zonas en las cuales estaba prohibida la circulación, caso del paseo marítimo. Pensó lo he despistado. Craso error, el inglés aparcó su vehículo e inició lapersecución a pie. Antonio volvió a correr hasta la extenuación; el inglés, se estaba acercando. A la altura de un conocido hotel, lo cazó y placó con una llave (supuestamente de yudo) revolcándolo en el suelo. A la vez gritaba en el idioma de Shakespeare, ininteligible para Antonio. Posteriormente, lo arrastró hasta un bordillo del lado opuesto del paseo marítimo, atenazándolo con otra llave de yudo.
Antonio pedía auxilio a las parejas otoñales de ingleses que paseaban por allí. Caso omiso. A la media hora tuvo la suerte de que circulara un matrimonio joven y español. La mujer se acercó e increpó al inglés. Le decía a Antonio, en español, que le diera una patada en los huevos. Algo imposible por la posición y retención del inglés, que había maniatado a su presa. Antonio, suplicó a la señora que llamara a la policía, algo que hizo solícitamente. Unos veinte minutos más tarde, se personaron dos números de la policía local de Lanzarote.
Antonio, que fue preguntado por todos sus datos personales, explicó lo ocurrido. El inglés, según traducción de uno de los policías, también. Aduciendo que Antonio le había tocado los huevos, y lo estaba castigando. Agredido y secuestrado casi una hora.
Antonio tuvo que ser atendido por la Sanidad del lugar, con las manos inflamadas debido a la presión de las llaves yudocas. Relató su odisea a losmédicos que pasaron toda la información a la juez de guardia.
El agresor inglés se fue jactándose de su hazaña. Antonio se quedó maldiciendo al hijo de la Gran Bretaña, escoria, basura, y muestra del turismo barriobajero que llega a nuestra tierra, y encima osa agredir.
Turismo, sí; pero de calidad y poder adquisitivo. No estos energúmenos que viajan a drogarse y emborracharse y que tenían que estar señalados e impedidos de visitar España.
Antonio y Andrea lo tienen claro: nunca más irán a Lanzarote.
@jcmjulian

Lo dicho Queremos un Turismo de Gente honrada no Energúmenos que eso en Su país no se lo consentirian ,estás personas por decir algo ,que no vuelvan a España eso es lo que hay que hacer , para ser Respetados primero tienes que Respetar y acoplarte al País donde Vayas.