La tarde tenía aroma a chocolate y a invierno temprano en la Plaza Mayor. Así, bajo el influjo cálido del encendido especial de Navidad, Cruz Roja volvió a desplegar su ritual más dulce por estas fechas: la ya tradicional chocolatada benéfica. Allí, entre vapores de cacao espeso y el chisporroteo discreto de la freidora de tallos (churros en otros lares), se cocinó algo más que una gran merienda. Se amasó, como cada año, un gesto de solidaridad.
Ramona Serrano, presidenta de la Asamblea Local, ha hecho pública la recaudación final: 702,22 euros. La cantidad se recogió en pocos minutos y refleja la generosidad que nunca falla, la de los solaneros y solaneras. A la venta de tiques se unieron donativos espontáneos para engordar algo más la hucha. “Mi sincero agradecimiento a los nueve voluntarios y voluntarias que estuvieron ofreciendo el chocolate y los churros, poniendo voz a una dedicación que pocas veces se subraya lo suficiente”, ha declarado la presidenta, que lideró el equipo de voluntarios, en su mayoría mujeres. Por supuesto, también agradeció la respuesta de la gente, consciente de que cada gesto, por pequeño que parezca, sostiene la causa.
La presidenta no olvidó tampoco al Ayuntamiento, que un año más ha contado con Cruz Roja en su programación navideña. Ese respaldo institucional, sumado a la participación ciudadana y al compromiso de los voluntarios, convierte esa chocolatada en un elemento ya esencial en días como este.
