Estaba España con la laboriosidad de cada día, cuando a las 12,33 horas se fue la luz. El que más y el que menos se fue a mirar los automáticos de su casa y de forma similar las empresas. Pronto vimos que era una cosa más grave de lo habitual. Media España y algunos países como Portugal y Francia también sufrían el apagón.
No fueron pocas las personas que se vieron sin posibilidad de utilizar el ascensor o se quedaron en él; no fueron pocas las personas que se quedaron horas y horas varados en un tren. Los supermercados se quedaron sin agua, sin latillas de atún, sin velas y sin pilas… y muchos se preguntaban cómo cocinar si no funcionaban las vitrocerámicas y los microondas… Hay quien se acordó del hornillo de gas, que estaba arrinconado en los trasteros. Y una vez más el transistor de toda la vida nos sirvió para estar informados…
Brazatortas (sus ciudadanos) fueron un ejemplo de la solidaridad de los españoles, siempre a flor de piel como lo fueron en la Dana en Valencia o La Palma y su volcán, o el movimiento símico en Lorca…
Ahora toca saber qué ha pasado y reconocer lo vulnerables que somos… Es el momento de la responsabilidad en un Estado de Derecho. Hay quien dice que había que subir el precio del Kw, que estaba en negativo… El tiempo dará y quitará razones, pero es un hecho incuestionable que el Gobierno ha de dar explicaciones convincentes y evitar que esto se vuelva a producir… ¡Eso es gobernar!
@jcmjulian